Una historia sobre la unión familiar

¡Desperté!, pero parece que nadie lo nota. Me siento muy cansada, todo me da vueltas. Mi madre está aquí sin poder controlar sus lágrimas. – ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué me pasó? Es inútil, no me escucha.
De pronto llega el doctor y con mucha delicadeza me pone una sábana encima de mi cara, empiezo a hablar y a tratar de moverme, pero no funciona. Mi madre llora cada vez más. Cuando por fin lo consigo me doy cuenta de que me encuentro en un lugar muy oscuro donde me está esperando un chico con una mirada tan fría que me provoca escalofríos. Se acerca y me dice – La única manera para dejar la tierra es esperar a tu familia para irse todos juntos -. Desaparece sin poder preguntarle mis dudas. En un momento me encuentro otra vez en el hospital tratando de reflexionar el tener que ver morir a mis padres para poder ser libre.
Primero, a los meses mi madre es destruida por un tráiler, ¡Todo por no fijarse al pasar la calle! y no pasa tanto tiempo cuando mi padre empieza a enloquecer por la pérdida de su familia que comienza a cortarse lentamente su cuerpo hasta que muere de una hemorragia.
Después de estar todos muertos nos encontramos para pasar el túnel e ir directo a la luz.
Escrito por: Lilia González